Matador. Pedro Almodovar.
Desde el punto de vista del
estudiante, no hay mejor tipo de traducción audiovisual que la subtitulación.
De los tres tipos más frecuentes y populares, es decir, subtitulación, doblaje y voz
superpuesta este primero es el que trae la mayor cantidad de ventajas
lingüísticas. Podemos a la vez entender la banda sonora original en la lengua
extranjera (además con la voz verdadera de los actores) y si nos gusta,
compararla con los subtítulos. De esta manera, podemos aprender el vocabulario,
observar estructuras gramaticales y escuchar la melodía o el acento. Sin
embargo, la recepción de este tipo de traducción exige del espectador mucha
atención y una cierta habilidad lingüística en su propia lengua. Por lo tanto,
no podríamos recomendarlo a los niños que no saben leer (o adultos en caso de países
poco desarrollados donde sigue habiendo analfabetismo), ni a las personas muy
mayores o enfermas que tienen la dificultad de concentrarse, etc.
Para
los espectadores a los que no les interesan los valores lingüísticos, que sólo
esperan divertirse o que tienen dificultades de lectura, les recomendaríamos
una película doblada, porque su recepción no exige mucho esfuerzo, es más fácil
y divertida. Además, no podemos olvidar que en el proceso de subtitulación se
pierde sobre un 40 % de texto original, pues la versión doblada es más exacta y
detallada. Hay también probabilidad, de que si una acción ocurre en la parte
inferior de la pantalla, los subtítulos pueden cubrir un fragmento interesante
de la imagen.
Tenemos
que poner de relieve el hecho de que para algunos grupos, uno u otro tipo de
traducción constituye una sola posibilidad de disfrutar de la película. Para las
personas sordas será la subtitulación, y para las personas ciegas el doblaje. Desde
el punto de vista económico, el doblaje cuesta más esfuerzo, tiempo y dinero,
que puede causar precios más altos de taquilla.
M.H.